Muchas ganas de dar el último paso no tenés. Mirás esa escasa sangre que sale de debajo de tus pantalones. Querés llorar. No entendés por qué.
"Dejate de mariconear, seguí adelante, tragatela y remala."
Mientras veías el cuerpo inerte de tu vieja tirado en el piso, escuchaste como alguien entraba en la puerta.
Pero... Vos solamente habías intentando salvarla. Salvarla de ese mundo en el que vivía. Ella prefería vivir ahí, ¿no?
Viste como se levantaba, mirandote medio raro, algo adormecida. Se miraron fijamente unos instantes. Nada paso. Ella fue caminando hacia el jardín y cuando volvió te dio una rosa.
Y sí, estaban todos locos.
(19 de noviembre de 2010)
jueves, 14 de marzo de 2013
freedom
Publicado por
Victoria
en
18:59
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