Se agachó. Espero a que el tiempo pase.
"Esto no es el final, de ninguna manera, ¿qué carajo estoy diciendo?"
Entonces se levanta, mira hacia adelante y se golpea contra su propio sostén.
La luz roja, que le cegaba la vista, todavía persistía en su cabeza.
Y se negaba a aceptar la otra realidad,
esa pelea entre los dos mundos que no son.
Se da cuenta de que aquella luz roja es la sangre que le cae de la nuca
y poco a poco siente que se le caen los dientes.
"Mirate" le dijo, con aire asqueroso, de superioridad
"¿Qué?" le respondió, y le miro a los ojos, con el mismo asco.
"Vos no vales nada."
"Yo sé lo que valgo, gracias."
Ahí se te pusieron en contra tus peluches
y nada más pudiste rogarle auxilio a Dios, oh tan celestial
y que te mando a un preso de la cárcel para que te asistiese.
Se trago sus propios comentarios cuando se dio cuenta que no hacía lo que decía
convivamos, no nos entendamos.
Así van a estar mejor.
"Todo eso por haberte drogado con tu propia infelicidad, puta" piensa, vuelve a agacharse, y cierra los ojos. Ahora van a estar mejor.
(15 de noviembre de 2010)
jueves, 14 de marzo de 2013
About my condition
Publicado por
Victoria
en
18:59
Enviar por correo electrónico
Escribe un blog
Compartir en X
Compartir con Facebook
0 comentarios:
Publicar un comentario