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martes, 17 de mayo de 2011

"La inversión de roles de género" en Medea de Eurípides

La tragedia griega está basada en la mitología griega, así los personajes de las obras forman parte del folklore cultural ateniense. La tragedia se presenta en una situación límite, en donde hay un hecho que rompe con la armonía natural del cosmos, aquel que nunca debería ser perturbado. De este modo, la armonía rota debe ser restaurada de alguna manera, que es lo que lleva a los personajes a comportarse de una manera inesperada (inversión de roles sexuales, tensión entre amor conveniencia y amor pasión, etc.) y de alguna forma restaurar el equilibrio perdido.
El objetivo de este ensayo es el de analizar la inversión de roles en Medea de Eurípides, como producto del error humano inicial, es decir, el que Jasón haya abandonado a Medea con sus hijos en un país extranjero.
La mujer de la sociedad griega debía respetar las decisiones de su marido, mostrarse pasiva ante la figura masculina y nunca rebelarse. Además, en esta sociedad, el rol fundamental de la mujer es el de ser madre. Es decir, que la única función en la vida de una mujer era tener hijos. Más aún, no tenían derecho de participar en la política.
Por su parte, Medea no responde a este modelo de mujer, ya que es una extranjera y, por lo tanto, "bárbara" para los griegos. Ella niega su condición de madre y preferiría nunca haberlo sido:

"Medea: [...] Porque preferiría tres veces mantenerme firme junto a mi espada a dar luz una sola vez [...]"

Por otra parte, Medea planea venganza contra Jasón, es decir, toma el lugar de un hombre al querer imponer justificia por mano propia:

"Medea: [...] permitió que yo permaneciera este día, en el que daré muerte a tres de mis enemigos: al padre, a la hija y a mi marido. [...]"

Además, ella elige dar muerte a sus hijos para dejar a Jasón sin descendencia. Lo curioso es que los asesina con una espada, un elemento fálico y arma masculina:

"Medea: [...] ¡Vamos, oh mano mía desdichada, toma la espada, tómala! [...]"

Por otra parte, Jasón se ve como un héroe pasivo, ya que si Medea no lo hubiese ayudado a superar los retos que el rey de Cólquide, Eetes, le impuso, él hubiera padecido. No solo le salva la vida, sino que también lo ayuda a recuperar el vellocino de oro.
Del mismo modo que se muestra como héroe pasivo, también se lo ve ingenuo ante las palabras de Medea:

"JASÓN: [...] Pero ha cambiado tu corazón hacia el mejor juicio y entiendes -aunque con el tiempo- el consejo que resulta superior; ésa es una acción propia de una mujer sensata. [...]"

Esto quiede decir que acepta sus disculpas y no sospecha que ella planee una venganza o injuria hacia él y su nueva familia.
Como consecuencia de su ingenuidad, Jasón será víctima de grandes penurias, quedándose sin descendencia alguna. Ni siquiera se le permite ver el cadáver de sus hijos muertos, ya que Medea será quien los velará. Así, Jasón se ve como un hombre indefenso, incapaz de luchar contra Medea por el entierro de sus hijos.
En conclusión, se puede decir que la traición de Jasón hacia Medea llevó al desequilibrio, de modo que, para poder restaurarlo, Medea debió tomar el papel de un hombre. Por el contrario, Jasón, que siempre fue visto como un gran héroe griego, se ve como un hombre que se preocupa solamente por su status social, y no mide las consecuencias de sus actos (es decir, deja a su mujer e hijos y se casa con la princesa Glauce). De esta forma, Medea se ve como una heroína activa y Jasón como un héroe pasivo.

1 comentarios:

Laura Esponda dijo...

¡Excelente, Victoria!

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