En el amanecer de mi jardín difuso, colgándose entre las hojarascas tristes, se encontraba el abismo abismal de mis entrañas, mi ser se buscaba sin encontrarse en los pasillos turbulentos de mi no consciencia (¿inconsciencia acaso del ocaso infame?) el agua corría entre mis dedos buscando/encontrando las huellas dactilares de mis pupilas para así explicarme el por qué de tu voz y tu voz que se refleja dentro mío y no sale, no sale,
el agua se me escurre hasta la punta de los pies, se difuma, se difama, busco un papel, una guía, algo en que secar mis penas, mis dudas, mi desazón. "Ángel" una vez dijiste ser, mas para mi bien eso fue una mentira insípida, debes ser pariente de Mefistófeles vos... escondido tras la careta esa, ese ente tuyo, vos mismo, que quemás más que el mismísimo fuego - no hay agua que se me escurra que me salve de quemarme -
Tu esencia que cae con cadencia sobre mí; me envuelve, me ciega, me ensordece. Como me gustaría alejar esos buitres lejanos, dejar que el viento los aleje, que se conviertan en eco dentro tuyo y dentro mío, para ni siquiera formar parte de nuestra memoria y que podamos simplemente ser
(Ejercicio del taller)
domingo, 6 de abril de 2014
Vos en el fluir de mi consciencia
Publicado por
Victoria
en
18:10
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Prosa
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