El sonido de las cigarras inexistentes
El viento blanquecino de las mañanas vespertinas
Que caen cual atardecer inocuo en lugar de amanecer
No conozco el significante de estas palabras,
no soy yo quién decide qué o sí significan
Simplemente siento las palabras fluir de mis labios agrietados.
Las siento.
Te siento.
Lo siento.
Siento que soy yo el que busca con este hilo rojo
Tu hilo, tu huella
A través de este absurdo laberinto
Pero... ¡no te encuentro!
Estoy esperando a que estires tu mano
y me vengás a buscar
¿Tal vez yo debería estirar el brazo...
encontrar el punto perfecto de coordinación
entre el omóplato perdido, dislocado,
y la rotulación-articulación
de mi codo?
Hacia adelante.
Es todo lo que me queda.
¿Es todo lo que nos queda?
Quisiera poder ser tu amante vespertino
Pero la verdad es que
La obscuridad es demasiado profunda
Y ya me absorvió.
Ahora no puedo vivir sin ella,
pero sí... sin vos.
(Lamento tantos errores de coherencia y cohesión, vos vas a entender)
miércoles, 21 de agosto de 2013
Las mañanas no llegan
Publicado por
Victoria
en
20:08
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Etiquetas:
2013,
Me pintó lo cursi,
Poesía
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