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miércoles, 19 de octubre de 2011

¿Qué o quién es "lo otro"?

La problemática de la otredad es todo aquello que es desconocido para uno. Todo aquello que uno desconoce, es algo temido. A través de la historia literaria y cinematográfica se ha intentado expresar este tema de la "otredad", y se ha puesto en dude quién o qué es lo otro, aquello desconocido por el hombre. Esta imposibilidad de expresar la otredad lleva el nombre de "inefabilidad del lenguaje", ya que el mismo idioma no puede explicar aquello que es desconocido.

El objetivo de este ensayo es comparar "Casa tomada" de Julio Cortázar, "La casa de Asterión" de Jorge Luis Borges, ambos cuentos pertenecientes a la literatura argentina, y la película Los otros de Alejandro Amenábar. Los ejes de comparación son "lo otro" a través del procedimiento de la inversión y la ambigüedad como estrategia de presentación de lo sobrenatural.


Todo aquello que es "lo otro" se suele asociar con lo sobrenatural. En "Casa Tomada", aquello que invade la casa es desconocido, y los dueños de la casa no buscan a lo otro. Simplemente aceptan que su casa está siendo tomada por algo que no saben qué es:

“El sonido venía impreciso y sordo, como el volcarse de una silla sobre la alfombra o un ahogado susurro de conversación”.[1]
Aquí se puede ver la imposibilidad de explicar explícita y objetivamente aquello que es "lo otro", lo que toma la casa.

Por otro lado, en "La casa de Asterión" y Los otros los personajes principales son "lo otro". En el cuento de Borges hay una inversión de la otredad, ya que Asterión es un minotauro, un ser sobrenatural y temido. Sin embargo, aquí se presenta una inversión, ya que Asterión se muestra como una criatura pueril, solitaria y con sentimientos. Esto nos descoloca, nos pone en duda en qué o quién es el verdadero "otro". La criatura "desconocida" se muestra como aquello que se conoce, y como una víctima:

"Otra especie ridícula es que yo, Asterión, soy un prisionero."


Al igual que en "La casa de Asterión", en la película Los otros, lo desconocido resulta que es aquello que el espectador siente como lo conocido, lo confortable, con lo que uno se siente seguro. Los vivos eran aquellos que eran llamados "los intrusos". Sin embargo, uno se siente identificado con los muertos, cuando en realidad lo parecido a uno son los seres humanos vivos, aquellos que se ven obligados a dejar la casa.

Por otro lado, la ambigüedad en la presentación de los personajes nos da una pista de la aparición de lo sobrenatural.

En "Casa tomada", la reacción de los personajes frente a la aparición de lo otro es de aceptar lo desconocido, no buscan una explicación ante un hecho sobrenatural:


"Me tire contra la puerta
antes de que fuera demasiado tarde, la cerré de golpe apoyando el
cuerpo; felizmente la llave estaba puesta de nuestro lado y además corrí el gran cerrojo para más seguridad".

Además, la casa en donde se llevan a cabo las acciones es bastante ambigüa, ya que al ser una casa doble se anticipa el hecho de unos dobles habitantes.



Al contrario, en "La casa de Asterión", el minotauro vive en un laberinto, en donde el hombre se confunde y se pierde. Este es un lugar en donde todo se vuelve ambigüo, ya que uno no tiene la certeza de dónde está, ya que se encuentra en un laberinto. Allí, en donde el hombre se pierde, vive el minotauro, ya que al no ser ni humano ni monstruo está condenado a vivir en un lugar ambigüo.

En Los otros, la presentación de los personajes le muestran al espectador la anticipación de lo sobrenatural. La dueña de la casa se presenta gritando, despertándose de una pesadilla. Esto anticipa que ella se despierta en una nueva realidad. Los criados aparecen hablando sobre muertos y al tocar la puerta la dueña de la casa los deja entrar sin muchas explicaciones. Todo queda sobreentendido, ya que en realidad no se sabe si los criados iban a darle la bienvenida al otro mundo o si iban a preguntarle si necesitaba criados en su casa.

Por último, se podría decir que las estrategias tanto literarias como cinematográficas anticipan la aparición de lo sobrenatural. Esto, sin embargo, se muestra de forma indecisa, ya que esto provoca la sensación de otredad en el lector/espectador.

En conclusión, no hay una verdadera garantía de quién o qué es lo otro. Esta inversión en los cuentos y en la película nos hace dudar sobre la persona o criatura otra. ¿Quién es lo otro? ¿Deberíamos tener miedo a aquello desconocido? ¿Y si resulta que nosotros somos "lo otro"? Este tipo de preguntas tal vez nunca tengan respuestas. Sin embargo, es verdad que uno se puede sentir identificado por algo extraño. Es verdad también que aquellas personas que dentro de una sociedad son clasificados como "otras" por tener intereses diferentes a la mayoría son dejadas de lado y hasta a veces, temidas. Tal vez "lo otro" sea algo más cercano de lo que nosotros pensamos.


[1] CÓRTAZAR, Julio; "Casa tomada" en Bestiario, Buenos Aires, Sudamericana, 1982
BIBLIOGRAFÍA:
  • BORGES, Jorge Luis; “La casa de Asterión” en El Aleph, Buenos Aires, Emecé, 1991
  • CÓRTAZAR, Julio; "Casa tomada" en Bestiario, Buenos Aires, Sudamericana, 1982

1 comentarios:

Laura Esponda dijo...

¡Excelente, Vicky!

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